Para los estudiosos de la historia de la masonería, y muy especialmente para los practicantes del Rito Antiguo y Aceptado seguidores del legado del M. Il. H. Joseph Cerneau, resulta imprescindible la lectura de algunos libros emanados del círculo de influencia del Supremo Consejo para los Estados Unidos de América, sus Territorios y Dependencias que inició su andadura plena con su fundación en New York en 1812.
Entre dicho material bibliográfico, destacaríamos "Senda de las Luces Masónicas" escrito por el propio Hermano Cerneau en lengua española en 1821, "Reply to de War Whoops of Enoch T. Carson" de Robert B. Folger, publicado en 1886, y también "Condensed History of the Ancient and Accepted Sottish Rite Masonry from its introduction into the United States to the present time" de 1903.
En "Senda de las Luces Masónicas" el MIlH Joseph Cerneau nos presenta, a modo de manual, una obra en la que cual abanico, se recorren los principios generales de la Orden según la visión del momento, así como unas secciones que describen las funciones de los oficiales de la Logia así como su método de trabajo. En ella, como no puede ser de otro modo y siguiendo el estilo de este tipo de trabajos, se describe al más puro estilo andersoniano, una historia mítica de la masonería, cargada eso sí, de una fuerte influencia ramsayana, propia de su naturaleza original que dio pie a los Altos Grados nacidos y desarrollados en Francia. No obstante, esta obra se centra en la masonería simbólica y en sus respectivos apartados enfocados a modo de Memento y de instrucciones de Grado, aparece de manera meridianamente clara la naturaleza Modern de los tres primeros grados con una extraordinaria cercanía formal y de contenidos al Régulateur du Maçon, con algunas puntuales diferencias tan sólo, lo cual nos ratifica que de facto, las formulaciones rituales desde la Orden del Real Secreto de Morin hasta su desarrollo y ampliación a 33 Grados, eran sin duda alguna sistemas de Altos Grados que contemplaban su cursus iniciático más allá del Tercer Grado. Solamente razones de índole competencial y obedienciales empujaron a la "invención" de unos rituales simbólicos para el REAA, por citar un ejemplo, debiendo quedar los conceptos Antiguo y Aceptado más bien a modo de seguimiento de una tradición compartida y practicada en diversos Orientes, sobretodo descubierta la falacia prusiana de las Constituciones de 1762 y de 1786, y del oscuro y misterioso nacimiento ocurrido en Charleston.
Desgraciadamente se ha querido silenciar y demonizar la ingente y regular labor de Joseph Cerneau, quien siempre fue respetado y reconocido por el Gran Oriente de Francia, entre otras Potencias Masónicas, siendo ésta especialmente significativa por ser la heredera y tierra de cultivo de la mayor parte de los Sistemas Rituales continentales en Europa.
Así, la obra de Robert B. Folger quiere sacarnos de la ignorancia mediante una narración cronológica y documental que aporta una significativa información de suma importancia.
Entre otras, Folguer nos recuerda que el establecimiento del Supremo Consejo de Grasse Tilly en París en 1804, y la disputa que tuvo lugar entre este Supremo Consejo y el Gran Oriente de Francia, terminó con la sumisión de dicho Supremo Consejo mediante el Concordato de 1804 que supuso su integración en el seno del Gran Oriente, habiendo existido tan sólo 44 días desde su inicio, por lo cual el Rito en 33 Grados pasó a ser propiedad del Gran Oriente de Francia. El Gran Oriente no consideró recibir un nuevo Rito, sino que tomo en posesión los grados adicionales al Rito de Perfección preexistente desde hacía ya más de 40 años. El Grado 33 era "nuevo" si éste fuera el término apropiado para aplicárselo, y se convirtió en la clave maestra del sistema conocido como Rito Antiguo y Aceptado. El Gran Oriente al mismo tiempo repudió la fraudulenta Construcción de 1786, y puso dicho sistema en una base puramente Republicana o Representativa.
No debemos olvidar que el Hermano Germain Hacquet, amigo íntimo de Cerneau durante el tiempo de su residencia en las Indias Occidentales, y quienes ambos fueron miembros y oficiales en el Rito de Perfección, retornó a Francia en 1803, trayendo consigo desde ese país el Rito original de Perfección en 25 Grados, el cual presentó al Gran Oriente de Francia — servicio por el cual fue recompensado por el Gran Oriente siendo nombrado Presidente de la Cámara de Ritos — y siendo al mismo tiempo de esta Unión del Supremo Consejo de Francia con el Gran Oriente en 1804, llegando a ser poseedor de todo el sistema, el Rito Antiguo y Aceptado.
Esta afirmación, la cual es, y ha sido durante más de 50 años, un asunto de tipo histórico, nunca ha sido puesta en tela de juicio o negada, siendo del todo cierta. Hubieron otras fuentes que proponían que los grados adicionales y el 33 podrían provenir además de Charleston—Grasse, del mismo Gran Oriente que ya los poseía, siendo el Dueño de éstos, habiendo preservado y administrado el sistema desde el principio.
Germain Hacquet, quien fuera Presidente de la Cámara de Ritos del Gran Oriente de Francia, confirió a Joseph Cerneau el sistema del Rito Antiguo y Aceptado como muy pronto en 1805 — Cerneau y Hacquet tuvieron ambos el Rito de Perfección en las Indias Occidentales antes de1801, y los grados adicionales fueron conferidos a Cerneau antes de que él partiera hacia New York City.
La prueba de que Cerneau tuvo los grados adicionales junto con el 33 antes de su llegada a New York, está perfectamente claro, como que él los confirió hacia el Honorable John W. Mulligan en 1807 — Jonathan y Jacob Schieffelin, Dr. Charles Guerin, John P. Schisano, Toussaint Midy, J. B. Subrau y John B. Penzol en 1808 y 1809 — Honorable Dewitt Clinton, Honorable Cadwallader, D. Colden, Honorable Martin Hoffman, Elias Hicks, Thomas Lowndes, Joseph Bouchaud, Francis Dubuar y muchos otros desde 1810 a 1812, año en el que el Supremo Consejo estuvo completamente organizado.
El Soberano Gran Consistorio fue totalmente reconocido por el Gran Oriente de Francia en 1811, el Supremo Consejo en 1816, continuando otros reconocimientos a lo largo de su existencia por parte de la mayoría de los Supremos Consejos de todo el mundo.
Dejaremos para otra entrada la anteriormente mencionada tercera propuesta bibliográfica.
Esperemos que con este tipo de trabajos y reflexiones la luz se imponga a una interesada oscuridad de manipulación histórica, restaurando la imagen de Joseph Cerneau y la de su ingente trabajo en pro de los elevados valores de la Orden y del Rito Antiguo y Aceptado en especial.
Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9 y Último del Rito Moderno o Francés
Miembro del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro del Círculo de Estudios del Rito Francés "Roëttiers de Montaleau"
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Omega: la Constante Dual
En determinadas ocasiones, la
“contemplación” de ciertas expresiones o ecuaciones de tipo físico y matemático
han ejercido en mi interior un indiscutible efecto simbólico. Éstas, por sí
mismas, han supuesto para mí una base de meditación a partir de la cual he
procurado encontrar una vía conducente en busca de determinados conocimientos
de cariz más trascendente e, incluso, esotéricos. Este intento de hallazgo de
la “verdad” latente en mi interior debo hacerla mediante la obligada
utilización de dos de las “Grandes Luces”: La Escuadra y el Compás. Será pues
la aplicación de la norma y del juicio justo en la apreciación adecuada de las
cosas dentro del campo material haciendo uso de la Razón, lo que, en
combinación del correcto entendimiento de mi facultad comprensiva espiritual,
podrá en todo caso, llevarme a la Gnosis, y por lo tanto, a la Realidad.
¿Y cual
es la punta de este Compás?
Para mí, sin duda, el G.·. A.·. D.·. U.·., aun
cuando vaya por delante mi indiscutible respeto hacia todas las tendencias de
opinión y diferentes creencias sobre el mismo.
Apelo de antemano a vuestra
paciencia por la extensión de esta introducción o prefacio, pero
se hace indispensable si lo que pretendo es mostraros mi visión sobre las
respuestas a las preguntas “¿de dónde vengo?” y, en especial, “¿quien soy?”.
Mi
primera “gran experiencia” de reflexión existencial y, por qué no decirlo así,
Cósmica” fue el estudio de la Relatividad Especial de Albert Einstein y su
final explicitación (muy simple, por cierto).
En el procedimiento
constructivo de este trabajo, dónde pretendo comunicar desde el mi interior más
sutil, me he propuesto no caer en la tentación de hacer grandes muestras de
erudición, que incluso podrían resultar presuntuosas y del todo evitables. Me
dispongo ya a entrar en materia, y desarrollar el sujeto- análisis, de la
segunda expresión de tipo matemático que, empleando las herramientas del
conocimiento francmasónico que hasta ahora he tenido la fortuna de tener a mi
alcance, ha enriquecido mi espíritu y reforzado los argumentos de las respuestas de
las dos grandes interrogantes planteadas anteriormente.
El estudio de la Proporción
Áurea, y su manifestación dentro la naturaleza, supone un elemento de búsqueda
que sólo puede definirse como “fascinante”. Definimos sección áurea como la
división armónica de un segmento en media y extrema razón. Es decir, que el segmento
menor es al segmento mayor, como éste es a la totalidad. De este modo se
establece una relación de medidas con la misma proporcionalidad entre el todo
dividido en mayor y menor. Esta proporción o forma de seleccionar
proporcionalmente una línea se denomina proporción áurea. Por citar un ejemplo
geométrico, la relación entre la diagonal del pentágono y su lado es el número
d’oro: F.
Según la tradición, el
símbolo representativo del conocimiento de la Escuela Pitagórica era el
Pentagrama, también utilizado al final de sus escritos a modo de saludo.
Haciendo referencia al personaje de Pitágoras (580-500 a.C.), apuntaremos que viajó por Egipto, Babilonia y
posiblemente, la India, países dónde adquirió gran parte de su formación
matemática y filosófica. Contemporáneo de Buda, Confucio y Lao Tse, estuvo muy
influenciado por el misticismo religioso. Los pitagóricos aconsejaban la
obediencia y el silencio, la abstinencia de consumir determinados alimentos, la
sencillez en el vestir y en las pertenencias, así como el hábito del
autoanálisis. Creían en la inmortalidad y en la transmigración del alma. Entre
las amplías investigaciones matemáticas realizadas por los pitagóricos,
encontramos los estudios de los números pares e impares, así como de los
primos. Desde este punto de vista aritmético, cultivaron el concepto de número,
que representó el principio crucial de toda proporción, orden y armonía del
universo. El mundo, pues, estaba configurado según una estructura numérica,
dónde solamente tenían cabida los números fraccionarios y enteros.
Indiscutiblemente, mediante sus estudios, establecieron la base científica para
las matemáticas.
Casualmente, la grandeza sublime del Teorema de
Pitágoras y la mágica belleza del Pentagrama místico fueran dos caballos de Troya
para la Geometría griega, porque traían en su interior la semilla de la
profunda crisis de la escuela pitagórica de donde surgieron. Las consecuencias
de su Teorema atentan contra sus fundamentos doctrinales, que los había llevado
a establecer un paralelismo entre el concepto numérico y la representación
geométrica. En efecto, el cuadrado que es una de las figuras geométricas más
simples, proporciona un terrible ente: la diagonal, que no es conmensurable con
el lado. Lo mismo sucede entre la diagonal y el lado del pentágono.
La
creencia de que los números lo podían medir todo, era una ilusión. Quedaba
eliminada de la Geometría la posibilidad de medir siempre con exactitud. Se
había descubierto la magnitud inconmensurable, el número irracional –no expresable
mediante razones–, «el alogon», que provocaría una crisis sin precedentes en la
Historia de la Matemática. Esta sacudida dentro la Matemática griega puede
palparse leyendo la leyenda apocalíptica atribuida a Procolo, que se relata en
una parte del Libro X de Los “Elementos” de Euclides: «Se sabe que el primero
en dar al dominio público la teoría de los irracionales, moriría en un
naufragio, y fue así porque lo inexpresable e inimaginable debería siempre
haber permanecido oculto. En consecuencia, el culpable, que
fortuitamente tocó y reveló este aspecto de las cosas vivientes, fue trasladado
a su lugar de origen, dónde es flagelado perpetuamente por las olas.»
F =
es mágicamente irracional.
Resulta fascinante ver cono
en la naturaleza, aparece la proporción áurea en aspectos tan diversos como el
crecimiento de las plantas, las piñas, en la distribución de las hojas en un
tallo, las dimensiones de los insectos y pájaros, proporciones del cuerpo
humano, en la formación de los caracoles o en determinadas aplicaciones de la
sucesión de Fibonacci para el cálculo de la reproducción animal; por citar
algunos ejemplos. F también ha estado presente en el campo del arte y de la construcción:
el alzado del Partenón griego, o la Gran Pirámide de Keops, podrían ser unas de
las muchas muestras desde épocas remotas.
Aunque no creo necesario
desarrollar el proceso de obtención de este valor mediante una simple ecuación
de segundo grado (numéricamente aproximado a 1,6180) he pensado que sí lo seria
la explicación de su génesis en tanto a las posteriores valoraciones simbólicas
que de este pasaré a describir. Se hace, no obstante, indispensable,
desarrollar adecuadamente la expresión de F:
2F-1=Ö5
1=2F-Ö5
de donde
1=4Fq+5-4FÖ5
(Nota: q = elevado al cuadrado)
por lo tanto
1=5+4F(F-Ö5)
es decir
1=5+4(Fq-FÖ5)
El valor (Fq-FÖ5) es una constante que a la vez incorpora el número
de oro.
Me he tomado la libertad de denominarla W,
la Constante “Dual”. Finalmente, la igualdad resultante queda así
1=5+4W
Es la visualización de esta
expresión la que me genera una íntima revelación e interpretación simbólica.
Puede considerarse elucubrativa, y en efecto lo es, pues resulta del fruto de
la meditación, reflexión, trabajo intelectual y de un profundo convencimiento
“intuitivo” que escapa de la posible argumentación convencional y que desearía
fuera efecto de la Luz de mi Ser espiritual. Gráficamente podríamos también
plasmarlo cómo
O = Pentagrama + W
Mi lectura, tanto numerológica como gráficamente, me aporta
lo siguiente: El 1, o círculo (entendiendo el punto como círculo de radio
infinitesimal y con potencial expansivo o contractivo), centro generador
universal, se manifiesta (o mejor dicho, contiene) al hombre, representado por
el Pentagrama. Como tal, y con la misma naturaleza del Todo, es un microcosmos
en sí mismo donde está latente la Luz y Energía originales, y su deber es
reactivar estas calidades potenciales que permanecen dormidas y en letargo.
Reafirmando esta acepción, seria el portador hereditario de la quintaesencia
donante de vida e inteligencia de la cual el G.·. A.·. D.·. U.·. es su origen.
A su lado, el cuatro, el cuadrado, el reino de la
apariencia sensible, de la naturaleza y del mundo dimensional donde
desarrollamos nuestra experiencia corporal y material. Este espacio visible, no
obstante, está íntimamente influido por W
(generada a su vez por F).
¿Pero, cual es el valor de W?
Como sospechaba filosóficamente, que no matemáticamente, es
–1. W me demuestra la incidencia en el plano material de lo dual,
lo aparente, lo ficticio, lo opuesto.
En resumen:
Yo como hombre, generado y conteniendo la naturaleza del
G.·. A.·. D.·. U.·., transito en una realidad aparente que viene regulada por
unos parámetros no casuales y que se rige por unas leyes de orden (por más
complicadas que puedan aparecer). Mi obligación es despertar del “sueño
profano” y “reencontrar” la Verdad Original, así como colaborar en que otros
así también lo hagan dentro de un entorno material de máxima paz, armonía y
bondad. Aquí están mis respuestas sobre “¿de dónde vengo?” y “¿quien soy?”. Queda
todavía una tercera que, cuando sea el momento adecuado y esté preparado,
intentaré encontrar: “¿dónde voy?”. Pero... todo a su debido tiempo.
Anexo a la Plancha sobre Omega
1) Obtención de F:
Sea L un segmento tal que
L= a + b
donde se dé la siguiente
proporción
Fa = b
Fb = L
por tanto
Fb = a + b
Fb = (b/F) + b
generando la ecuación de
segundo grado (q = elevado al cuadrado)
(Fq)b =b + Fb
Fq - F - 1 = 0
Su solución positiva
resultante es
Nota: tomar la solución
negativa podría dar pié a un estudio simbólico que pienso interesante para
tratar en otra ocasión.
Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9
Miembro del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro del Círculo de Estudios del Rito Francés "Roëttiers de Montaleau"
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Miembro del Supremo Conselho do Rito Moderno - Brasil
Miembro del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro del Círculo de Estudios del Rito Francés "Roëttiers de Montaleau"
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Miembro del Supremo Conselho do Rito Moderno - Brasil
Suscribirse a:
Entradas (Atom)